Características de un texto literario:
Primeramente, sería conveniente señalar que, no todos los textos escritos son textos literarios, esto es algo que parece obvio pero en clase apareció esta afirmación y podría llevarnos a confusión. Por tanto, ahora el tema sería conocer qué tiene que tener un texto escrito para ser considerado como literario. Para ello podríamos diferenciar una serie de características que pertenecen a todos los textos, de otras que pertenecen únicamente a los textos literarios.
Todos los textos comparten las siguientes características:
-Acto comunicativo: todo texto tiene un emisor, que es el autor; canal, que es el medio por el cual se transmite lo que el emisor quiere contar; mensaje, que se corresponde con el significante; referente, que es el significado, la idea o sentimiento que el autor nos quiere transmitir; receptor, que es la persona que recibe esa idea o sentimiento; código, entendemos por él el idioma; e intención del discurso.
Al referente podemos añadir que es imposible saberlo, a no ser que se pregunte directamente al autor qué quería decir con aquello que escribió. El referente es doble: por una parte está lo que el autor quiere decir; por otra, lo que el lector entiende.
-Funciones del lenguaje: todos los textos tienen diferentes funciones del lenguaje dependiendo del contenido y de su objetivo. Las funciones del lenguaje son: función expresiva o emotiva, función representativa, función afectiva o persuasiva, función fática, función metalingüística y función poética o estética.
-Estructura específica.
-Coherencia y cohesión porque sin ellos no se pueden entender los textos.
-Lenguaje connotativo.
Características propias de los textos literarios:
-Tienen que poder inscribirse en cualquiera de los géneros literarios: Lírica o Poesía, Épica o prosa y Dramática o Teatro.
-Intencionalidad artística, es decir, debe existir una intención artística en el autor que podamos observar en el texto para poder considerarlo como texto literario.
-Estructura estética: utiliza estructuras que no se usan en ningún otro tipo de texto. El autor da estética al texto a través de los recursos literarios, que son un subconjunto de los recursos lingüísticos. El género que más recursos utiliza es la poesía. Algunos de los recursos literarios más frecuentes son: onomatopeya (imitar sonidos reales mediante los procedimientos fonéticos de la lengua), hipérbaton (alteración del orden lógico de la frase), antítesis (es la utilización de palabras de significación contraria muy seguidas en el texto), ironía (se da a entender lo contrario de lo que literalmente se dice).
-Un texto literario siempre es ficción aunque esté basado en hechos reales.
¿Qué consideramos infantil en relación con la literatura?
Puede parecer muy obvio a que nos referimos con Literatura Infantil, mas, al indagar qué piensan los investigadores sobre el término podemos observar que hay una gran cantidad de opiniones, lo cual nos lleva a pensar que es un término que entraña no poca complejidad.
Ante la pregunta: “¿existe una literatura para niños y jóvenes?” existen numerosos debates. Hay una serie de especialistas que niegan la existencia de la literatura para jóvenes y niños, en cambio, otros, consideran esta literatura como un subgénero o género menor. Marcela Arpes y Nora Ricaud opinan que es un campo nuevo de la literatura, que comienza en los años sesenta y en la actualidad ha adquirido la identidad propia de un género masivo. Estas dos especialistas definen la literatura infantil como: “un recorte de la literatura identificable ante todo por el hecho de estar destinada a niños”. Algunos autores consideran la literatura infantil como didáctica más que literatura por el hecho de estar dirigida a niños.
Juan Perles Rochel caracteriza la literatura infantil como un género con límites poco definidos que se convierte en muchas ocasiones en depositaria de muchos clásicos desacartados por el canon y que, en muchas ocasiones, se encuentra tiranizada por estructuras económicas como los órganos ministeriales, las editoriales y las escuelas.
Frente a esta opinión de que existe una literatura infantil está la de otros autores que consideran que solamente existe una sola literatura y que los niños pueden sentirse atraídos por cualquier libro. De este modo, niegan la existencia de una literatura infantil propiamente dicha. Nievas sostiene que añadir al sustantivo literatura el adjetivo infantil supone el establecimiento de un género literario teniendo en cuenta el tipo de receptor y, al igual, que no tenemos una literatura para viejos o para mujeres, tampoco debe haberla para niños.
Esta argumentación anteriormente expuesta es falsa pues, debemos apuntar que la literatura infantil es la que tiene como receptor implícito a los niños, es decir, que va dirigida a los niños aunque todo el mundo pueda leerla. Al igual que existe una literatura romántica dirigida a un público femenino y las obras del oeste dirigidas hacia un público masculino. Esto no quiere decir que no puedan ser leídas por otro tipo de personas, pero van dirigidas a un receptor en concreto.
Dentro de esta literatura infantil deberíamos hacer una diferenciación. En los años anteriores a los sesenta se consideraba que la literatura infantil, además de divertir, debía, sobre todo, enseñar algo, por tanto, poseía una intención educativa y de entretenimiento. A partir de los años sesenta se comienza a considerar que la literatura infantil debe tener una intención de entretenimiento únicamente. A la primera la denominamos subliteratura o paraliteratura, el segundo término es menos ofensivo y más apropiado según el autor Humberto Eco. Según lo apuntado anteriormente, paraliteratura sería un libro que tiene la intención de educar y entretener, en cambio, solo podemos considerar como literatura infantil una obra que su intención sea únicamente de entretenimiento.
La literatura infantil no es la que los niños hayan aceptado o elegido sino, más bien, la que los adultos han considerado buena para ello y se la han ofrecido para que la lean. Un ejemplo de este fenómeno es “Platero y yo”, que es un libro dirigido a lectores adultos pero éstos al leerlo y gustarle se lo dan a los niños para que lo lean porque lo consideran también adecuado para ellos. La obra puede parecer de literatura infantil porque aparecen ciertos elementos muy del gusto de los niños pero, a su vez, observamos una serie de aspectos en el trasfondo del libro que los niños no entienden o les pasa desapercibido.
El problema ahora subyace en limitar la edad de esa literatura infantil, la primera clasificación fue la realizada por “El Barco de vapor” que pertenece a la editorial SM. Los libros de literatura infantil se dividen en cuatro grupos: serie blanca (primeros lectores, más de seis años); serie azul (más de siete años); serie naranja (más de ocho años); roja (más de diez años). Por otra parte, desde 1978, el grupo SM ha entregado premios de literatura infantil como son los Premios El Barco de Vapor, Gran Angular y el Premio Internacional de Ilustración.
No podemos hablar de la literatura infantil sin hacer alusión al premio más importante dentro de este campo, el premio Hans Christian Andersen que consiste en una medalla acompañada por un diploma que se concede cada dos años a un autor y a un ilustrador. Se premia al autor por considerar que ha realizado una “perdurable contribución a la literatura infantil y juvenil”. Otro requisito para poder recibir este galardón es que el premiado esté vivo. Lo concede el IBBY (International Board on Books for Young People – Organización Internacional para el Libro Juvenil). Añadir a estos datos que el único representante español en la lista de galardonados es José María Sánchez-Silva (España 1911-2002), que fue premiado en el año 1968. La obra más destacada de este autor es Marcelino pan y vino (1952). Antes de recibir este galardón fue Premio Nacional de Literatura.
¿Qué entendemos por cultura literaria?
La cultura literaria forma parte del sustrato cultural concreto de pueblos concretos. La cultura literaria varía mucho de un país a otro. Hay países que, por haber estado dominados o sometidos por otros pueblos no tienen cultura literaria propia. Este fenómeno se debe a una incapacidad de desarrollar una literatura propia debido a que ese pueblo no tiene conciencia de ser una unidad, no tiene conciencia de pueblo, por tanto, la cultura que poseen es la impuesta por el pueblo que les somete. A veces el motivo no es que no tengan conciencia de pueblo sino, más bien, que el pueblo que les domina impone su cultura, sesgando y acabando con la cultura propia, autóctona. Esto es lo que sucedió durante bastantes años con un pueblo como es Polonia, este país en el siglo XX fue sometido por las dos grandes ideologías de ese momento, por el Nazismo y por el Comunismo. Ambas entraron en Polonia queriendo acabar con la cultura propia del país. Este es un fenómeno denunciado a menudo por personalidades polacas relevantes como Karol Wojtyla, quiénes además de denunciarlo llamaron al pueblo a no olvidar ni abandonar su cultura propia e identitaria.
La cultura literaria varía en gran medida de un país a otro. Cada pueblo se sitúa en un contexto geográfico, socio-económico, climatológico, cultural…muy distintos y esto provoca que cada país tenga una cultura literaria totalmente diferente. También influye el carácter de las personas que forman parte de ese grupo de personas, de ese pueblo. Todos estaremos de acuerdo en que no tiene nada que ver el carácter de los pueblos mediterráneos, véase España, Italia, Portugal, Grecia, con el carácter de los pueblos de Centroeuropa y el norte de Europa, Alemania, Bélgica, Noruega, Polonia…por tanto la cultura literaria nunca puede ser la misma por el simple hecho de que, lo que puede gustar mucho en España en Alemania puede no gustar nada. Hay una serie de condicionantes que nos hacen ser muy diferentes y que influyen en gran medida en nuestra cultura y en la forma de ser de las personas, algunos ejemplos son: el clima (muchas más horas de sol en España lo cual favorece que seamos un país donde se hace más “vida” en la calle y más relaciones interpersonales); Alemania es un país de mayoría protestante, en cambio en España hay mayoría católica, lo cual también afecta en gran medida a la visión del mundo y del hombre de un pueblo y otro; la historia, España y Alemania tienen historias diferentes, lo cual también determina en gran medida la cultura de ambos países.
Remitiéndonos al currículo de Educación Primaria, etapa inicial (junto a Educación Infantil) de nuestra cultura literaria, podemos observar como en primer ciclo de Primaria se trabaja el conocimiento y la identificación de los textos tradicionales. Se fomenta el hábito lector a través de la lectura guiada y autónoma, silenciosa y en voz alta, de algunos textos literarios como: adivinanzas, refranes rimados, canciones, fábulas… este fomento de la lectura se lleva a cabo también a través de la escucha de textos leídos por el maestro. Se estimula, por otra parte, los criterios y gustos personales en la selección de las lecturas. Se valora la autonomía lectora a la hora de elegir los temas y textos que quieren leer y consideran la lectura como recurso de disfrute personal. Se trabaja con la audición, comprensión y memorización de diferentes textos, recitado de poemas y representación de textos teatrales adecuados a su edad. Utilización de la biblioteca de aula, de centro y pública. Estimulación de la imaginación y creatividad a través de la producción de textos con intención literaria adecuados a la edad. Exploración de las posibilidades expresivas de la lengua mediante la observación y el análisis de textos modelo.
En segundo ciclo se trabaja con la lectura de fragmentos de textos literarios: fragmentos de de literatura tradicional oral, adaptaciones de obras clásicas o fragmentos de literatura infantil o actual, tanto del género narrativo como de otros géneros y, tanto en soporte escrito como audiovisual. Práctica de diferentes tipos de audición de obras adecuadas a la edad y a los intereses de los niños. Fomento de la lectura mediante actividades de animación que estimulen el hábito lector. Valoración del texto literario como fuente de entretenimiento, de conocimiento de otros mundos, tiempos y cultura y de aprendizaje. Memorización de textos y representación de textos teatrales. Iniciación al conocimiento activo de la biblioteca del centro, y participación en actividades literarias, en el aula y en el centro. Producción de textos con intención literaria para comunicar sentimientos y emociones a partir de la exploración de las posibilidades expresivas de la lengua mediante la observación y análisis de textos modelo.
En tercer ciclo de Primaria se trabaja los mismos aspectos que en segundo pero adaptados a la edad de los alumnos.
Una vez hemos conocido ¿qué dice el currículo sobre la literatura que debe conocer el niño? Creo que podemos dar por concluida esta unidad cero de la asignatura.
Para la realización de este trabajo he consultado las siguientes páginas web: