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viernes, 23 de diciembre de 2011

maestros "de raza", nacidos para enseñar

He de reconocer que ha sido posiblemente uno de los temas que más me ha costado hacer, la teoría no sabía muy bien cómo enfocarla y me ha sido difícil encontrar información realmente válida para el tema. Las actividades pensé que me costaría más llevarlas a cabo, en cambio, me han resultado más asequibles de lo que nunca hubiera imaginado. Además me he dado cuenta que, una vez que te pones a escribir me van “saliendo” las ideas solas, sin necesidad de pararme mucho tiempo a pensar y ponerlas por escrito no me ha resultado difícil, al menos no tanto como, en un principio, pensé.

Creo que un maestro debe ser capaz de manejar el lenguaje y de crear un texto breve en prosa, un poema en verso y un diálogo teatral breve. Esto demuestra imaginación, manejo del lenguaje y creatividad, características que todo maestro debe poseer. Deberían exigirnos el desarrollo de todas estas habilidades de una forma más continuada porque, verdaderamente, son necesarias para el desempeño de nuestra profesión. En muchas ocasiones estudiamos una serie de contenidos que no tienen una “utilidad” práctica tan evidente como otros que pasamos por alto. Es más, considero que sería una buena forma de evaluar de algún modo qué personas sirven para la profesión y cuáles no. Pienso que es de agradecer que alguien te diga que no vales para algo, que te lo diga a tiempo y puedas optar por otra opción de futuro, no creo que sea positivo en absoluto que la gente vaya pasando de curso, personas que es evidente que no sirven para el tema y que terminen siendo maestros, sabiendo de antemano que no valen para la profesión.

Sin embargo, considero que esto no es culpa del profesorado, es culpa de cada persona. Haciendo las actividades propuestas durante la carrera todos vamos dándonos de algún modo cuenta de sí esto nos gusta o no, sí queremos dedicar nuestra vida a esta profesión o no. Creo que, en última instancia, es responsabilidad del alumno de magisterio la decisión de no continuar con la carrera si realmente no le gusta o, a través de las actividades y las asignaturas, termina descubriendo que no es lo suyo. Pienso que todos nos conocemos a nosotros mismos y sabemos que se nos da bien y que se nos da menos bien. Estas actividades considero que, al igual que alguna otra que hemos llevado a cabo durante el desarrollo de la asignatura, como la actividad del bloque 4, nos ayudan a estudiarnos a nosotros mismos, a analizarnos y ver si realmente valemos para ser maestros o no. Quizá soy muy duro pero hay una serie de cosas que debes manejar si quieres ser maestro, y hay personas que tienen esas cualidades y no necesitan trabajarlas y, hay otras, que no las tienen y necesitan ejercitarlas. Pero, lo que es indudable, es que son necesarias para ser un buen maestro. Saber diseñar una serie de actividades para trabajar la lectura en el aula, tener la imaginación suficiente para ello y para escribir pequeños textos en prosa, verso o género dramático, esas cosas debe saberlas hacer un maestro y, si no las sabemos hacer, tenemos el deber moral o ético de aprender, de practicar hasta que seamos capaces de hacerlo sin esfuerzo.


La imaginación y la creatividad, junto con la frescura y la diversión son elementos fundamentales que deben caracterizar a un maestro y que, al redactar un texto del tipo que sea debe verse, deben leerse estas cualidades entre líneas. Una persona que es maestra lo es en todo lo que hace. Ser maestro no es como una persona que trabaja en algo dónde tú cumples tu horario y terminaste, ser maestro es más que un trabajo, que 
una profesión, es una actitud, son unas gafas con las que miras todo lo demás, todo lo que te rodea. Creo que es el momento de crear maestros “de raza”, maestros que sienten su profesión y que han nacido para ello, que les gusta, que lo viven, que tienen frescura y sobre todo que aman la educación y a sus alumnos.
  

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