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jueves, 1 de diciembre de 2011

un, no tan breve, recorrido por la historia de la literatura...

 Breve recorrido por la Literatura española.





En este esquema podemos observar dos grandes grupos en la historia de la literatura, estos grupos no han sido clasificados siguiendo ninguna otra regla que la Ley del Péndulo, las oscilaciones que los movimientos y tendencias literarias han llevado a cabo desde lo caótico, descontrolado y desordenado a lo ordenado y estructurado. La primera corriente se corresponde con lo platónico mientras que, la segunda, lo hace con lo aristotélico. Siguiendo y comprendiendo este esquema podremos entender la historia de la literatura en su conjunto, cómo, el movimiento siguiente, se caracteriza por todo lo contrario que el anterior.

La Edad Media comienza en Europa en el siglo IX. En España entre los siglos X y XI.


La Edad Media está marcada por dos pilares fundamentales: la sociedad feudal y el pensamiento Teocéntrico. Los primeros escritos que surgen en esta época eran anónimos, creados por el pueblo, por tanto, no se conocía el autor. Ésta es la literatura que conocemos con el nombre de popular y que se va transmitiendo memorísticamente de generación en generación (cuentos populares, romances, adivinanzas…). Durante la Edad Media también era muy importante la épica, la literatura heroica. Este tipo de literatura también se transmitía de forma oral de generación en generación, es más, la épica se sitúa dentro de los romances y los cuentos populares pues, muchos de ellos, tenían como tema principal la historia de algún caballero. A partir de la Edad Media se comienza a escribir en castellano, lengua derivada del latín. La lírica culta, que convivía en la Edad Media con todo lo apuntado anteriormente pero en diferentes estratos de la sociedad feudal, era reflejo de esta sociedad, dividida en nobles, clero y pueblo llano. Donde el rey tenía vasallos, que eran los señores feudales, propietarios de tierras que tenían trabajando en ella a súbditos (los campesinos, artesanos…) que formaban parte 
del pueblo llano. Debido a la enorme influencia de la Iglesia, la cultura medieval es fundamentalmente religiosa, los monjes en los monasterios escriben y copian libros.


La primera manifestación literaria en español son unas composiciones llamadas jarchas, que están escritas en mozárabe, dialecto que hablaban los cristianos en territorio árabe. Los juglares eran los transmisores de todos estos romances y cuentos populares pues, iban de pueblo en pueblo, recitándolos a la gente. Cantaban cantares de gesta, que son historias de héroes. El cantar más importante en español es el Cantar de Mío Cid. En poesía destaca Gonzalo de Berceo, que se considera como el primer poeta de nombre conocido que escribió en español. También es importante Juan Ruiz, más conocido como Arcipreste de Hita, que escribió una obra llamada El libro del Buen Amor. En prosa es relevante Don Juan Manuel y su obra El Conde Lucanor. Exceptuando estas obras casi todos los textos eran anónimos por esa influencia de Dios y la Iglesia en la sociedad, todo lo que una persona hacia no era por mérito suyo sino por gloria de Dios.

En Educación Primaria podemos leer algún romance, alguna cancioncilla y hablar sobre ella en clase. Se puede plantear un debate, preguntar si les ha gustado o no, incluso podríamos ambientar a los niños disfrazándoles como juglares y que ellos mismos recitasen algún romance. No solo los niños pueden vestirse de juglares, sería muy interesante y motivador que el profesor llegase ese día vestido de juglar y recitase algún romance de la Edad Media y, a continuación, les explicase algunas cosas acerca de la Edad Media, la juglaría y las cancioncillas que recitaban de pueblo en pueblo.

También me parece interesante llevar al aula algún fragmento de El Cantar de Mio Cid. Antes de recitar nada de esta obra deberíamos contextualizarla y hablarles un poco la Edad Media, de los caballeros, los reyes… éste es un tema muy motivador y muy del gusto de los niños, por lo tanto, pensamos que estarán muy interesados en escuchar el fragmento que luego les vamos a leer y, sobre todo y lo más importante, despertaremos en ellos la curiosidad y el interés por aprender más acerca de la Edad Media y por la lectura. Sería interesante ambientar la clase con elementos de la Edad Media y, nuevamente y para sorpresa de otros compañeros, sería pertinente que el profesor se caracterizara como caballero.

Otra obra que podríamos llevar al aula es El Conde Lucanor, sería bueno leer algún “exemplo” y comentarlo con nuestros alumnos pero, evitando moralizar, debemos evitar centrarnos en la moraleja, solamente leemos el fragmento y comentamos si les ha gustado o no. 

El siglo XV es una época de transición entre la Edad Media y el Renacimiento. En este siglo abunda el género lírico, destaca Jorge Manrique con las cartas a la muerte de su padre. Pero, sin duda, la obra más importante del siglo XV es La Celestina de Fernando de Rojas. He señalado estas dos obras porque, quizá la obra de Manrique no tanto, pero La Celestina puede trabajarse en Educación Primaria, mediante la lectura de un fragmento de la misma adaptado a niños.

Con la llegada del Renacimiento surge un nuevo estamento social que, con el paso de los años, tuvo mucha importancia, la “burguesía”. La burguesía son clases medias pero culturalmente altas. Poseen ciertas riquezas, muchos de ellos son soldados, no son aristócratas. El ejemplo típico de burgués es Garcilaso de la Vega, soldado y persona muy culta. Se acaba con el Teocentrismo, propio de la Edad Media, pasando a que el hombre sea el centro de todo, es lo que denominamos Antropocentrismo.

Durante el Renacimiento se pretendía “renacer” a la Cultura Clásica, que había quedado bastante oscurecida durante la Edad Media. Se pretende, como en aquella Cultura Clásica, poner al hombre como centro del universo, como centro de sí mismo y de su existencia, dejando de lado la figura de Dios como centro de todo. Es el momento, por tanto, del Humanismo.

El amor, la naturaleza y la mitología van a ser los temas más importantes en la literatura renacentista. En poesía destacan Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León y San Juan de la Cruz. En novela señalar El Lazarillo de Tormes, obra anónima que inaugura la novela picaresca. El teatro de esta época es de temática religiosa. Hay un autor que está “a caballo” entre los siglos XVI y el XVII que escribió obras de diferentes géneros pero, que se le conoce por una de las más grandes obras de la literatura universal, Miguel de Cervantes, con su obra El Quijote, texto que inaugura lo que conocemos como novela moderna.

No podemos abandonar este periodo de la literatura sin trabajar en el aula El Quijote. Podríamos visualizar una película para que conozcan la historia y, a continuación, leer el fragmento del pasaje de la película que más les guste. La selección de ese fragmento se puede llevar a cabo a través de un debate, pueden salir varios fragmentos, que leeremos y comentaremos.

También podemos hacer alusión en un aula de Educación Primaria a El Lazarillo de Tormes.

Los siglos XVI y XVII han sido considerados dentro de la literatura española como Siglos de Oro. El siglo XVII es el del movimiento Barroco. En este siglo España entra en una época de crisis y decadencia. Las graves dificultades económicas provocan un descontento general que se va a ver reflejado en las creaciones literarias.

Como características artísticas del Barroco podemos destacar la complicación y el grado de dificultad que contrastan con el equilibrio, la sencillez y el orden del Renacimiento; la búsqueda de la originalidad, al contrario de la época anterior que era, prácticamente, una imitación del pensamiento grecolatino; la exageración de todo lo que se dice, que tenía como fin último intentar ocultar la precaria situación en la que se vivía; los temas morales, religiosos y filosóficos (fugacidad de la vida, muerte…); y, por último, los temas satíricos e irónicos que contrastan con la realidad deprimente que los rodeaba.

En la poesía hay que nombrar como figuras más importantes a Góngora y Quevedo, quienes no mantenían una relación muy cordial que digamos. En narrativa destacamos al mismo Quevedo y a Baltasar Gracián. En cuanto al teatro, asistimos en este siglo a una renovación en España. Hasta este momento, este género en España se había centrado en la temática religiosa. Lope de Vega revolucionará este género junto con Tirso de Molina, autor de una de las figuras más importantes y con más trascendencia para la literatura europea, en su obra El burlador de Sevilla inaugura el tema del Don Juan. Calderón de la Barca es otra de las grandes figuras del teatro Barroco, su obra más destacada es La vida es sueño.

Por tanto, el Barroco supone contrastes, además de cierto pesimismo.

En el aula podemos ver y recitar algunos de los versillos no demasiado amistosos que se dedicaban Góngora y Quevedo. Pienso que esta actividad puede ser divertida y muy del gusto de los niños. Junto con esto, también sería conveniente hablarles brevemente de quiénes eran Góngora y Quevedo, por qué se llevaban tan mal…

También podemos ver alguna adaptación de Lope de Vega, Tirso de Molina o Calderón de la Barca.

Con la llegada del siglo XVIII empieza el espíritu de la Ilustración, que es un movimiento que mira todo desde el punto de vista de la razón. Es una época racionalista. Este movimiento critica todo lo que tiene que ver con supersticiones y creencias.

En España las ideas de la Ilustración tendrán muchos detractores debido a que la Iglesia continúa ejerciendo una fuerte influencia y, nuestro país, siempre había tenido una fuerte tradición religiosa, muy criticada por los ilustrados. La educación comienza a tener mayor trascendencia y comienza a llegar a, cada vez, más personas. Se crea la Real Academia de la Lengua.

En todo este contexto de cambio, la literatura adquiere el papel de difusora de todas estas nuevas ideas. Comienza, por tanto, a cumplir una función útil lo cual desmejoró en gran medida la calidad de las creaciones pues, se da mayor importancia a la intención utilitaria y didáctica de la literatura que a la belleza formal. La vertiente clásica de las ideas ilustradas se llama Neoclasicismo. De nuevo vuelve a adquirir gran protagonismo el mundo grecolatino, el orden y la sencillez. Autores destacados son: Moratín, Jovellanos, Meléndez Valdés, Tomás de Iriarte y Samaniego. Entre las obras podemos señalar las fábulas de Tomás de Iriarte y de Samaniego. En el teatro destaca Moratín y Meléndez Valdés en la poesía. 

Las fábulas surgen en el Neoclasicismo, este movimiento, como hemos apuntado anteriormente, es una vuelta a la Cultura Clásica y, en este periodo existió un famoso escritor de fábulas llamado Esopo. Este autor vivió en el siglo VI a.C., según la tradición nació en Frigia. Se cuenta que Esopo fue esclavo de un tal Jadmón que le dio la libertad. Debido a su gran reputación por su talento para el apólogo, Creso le llamó a su corte y le envió después a consultar al oráculo de Delfos, a ofrecer sacrificios en su nombre, y a distribuir recompensas entre los habitantes de aquella ciudad. Irritado por los fraudes y la codicia de aquel pueblo de sacerdotes, Esopo les dirigió sus sarcasmos y, limitándose a ofrecer a los dioses los sacrificios mandados por Creso, devolvió a este príncipe las riquezas destinadas a los habitantes de Delfos.

Las fábulas que conocemos en la actualidad son reconstrucciones de algunas de las fábulas de Esopo.

La verdad es que del Neoclasicismo es complicado, por no decir que no hay nada, encontrar material para trabajar en Educación Primaria. Lo único que puede servirnos son las fábulas de Esopo, podemos narrar alguna en clase y comentarlas en el aula. Como he apuntado siempre que estamos ante textos con moraleja, no debemos centrarnos en el aula en ella, debemos comentar sobre sí les ha gustado simplemente y sobre lo que nuestros alumnos quieran decir acerca de la fábula. 


www.biografiasyvidas.com/biografia/e/esopo.htm

En el siglo XVIII entra el Romanticismo en Francia, en España llega en el siglo XIX con la obra Don Álvaro y la fuerza del sino del Duque de Rivas, que es considerada como la primera obra romántica en nuestro país. Don Álvaro es el prototipo de hombre romántico, es decir, una persona desdichada y con mala suerte. El escritor romántico sería equiparable a los “emos” de hoy en día, solían ir de negro, eran personas depresivas, bebían vinagre para estar más pálidos y, en muchos casos, sus vidas estaban llenas de contradicción y extremismo. Oscilaban de un extremo a otro con suma rapidez. Perseguían un ideal de libertad, que podemos observar a la perfección en La canción del pirata, que chocaba con la vida real, que es el primer freno a la libertad. Esta libertad se observa y tiene como fruto una total libertad artística, escriben, por tanto, lo que quieren y como quieren. Esa libertad implica individualismo, supone una vuelta al “yo”, dejando de lado normas y reglas si realmente lo que pretendes es ser libre. Los románticos llevan a cabo una verdadera idealización de las personas que encarnan la libertad, por ello, se idealiza a los piratas, prueba de ello es La canción del pirata. Obra que, además de encarnar esa idealización del pirata y lo que éste representa (la más plena libertad) es válida para trabajar en Educación Primaria pues, se puede llevar a cabo de diferentes formas, no solo a través de la lectura, sino también mediante la música ya que, como apuntó Marina en clase, el grupo “Tierra Santa” puso música a la famosa canción de Espronceda.

En España podemos distinguir dos tipos de románticos: los románticos católicos y los románticos agnósticos o no creyentes. Y digo en España porque esa vertiente romántica católica solo aparece en nuestro país, en otros países de Europa no se da porque los católicos son minoría, presentan una mayoría protestante, como es el caso de Alemania, país por cierto que es cuna del Romanticismo. 

Considero interesante citar, como obra destacada del Romanticismo Don Juan Tenorio de José Zorrilla. Este autor no innovó con la personalidad del personaje pues, cogió un mito que ya existía, había sido usado por Tirso de Molina en El Burlador de Sevilla.

Podríamos introducir en el aula de Primaria algún fragmento de Don Juan Tenorio y comentarlo con los alumnos. Haciendo una adaptación en los contenidos, no es necesario que los niños sepan hasta qué punto se enamoraba Don Juan de las mujeres y las mujeres de Don Juan.

Los inicios del Realismo hay que situarlos en torno a 1848, en relación a los movimientos revolucionarios de la clase obrera. Esta época posterior al Romanticismo se caracteriza por profundas transformaciones sociales: éxodo rural a las ciudades, gran crecimiento demográfico, una burguesía cada vez más conservadora. Predomina en este contexto la filosofía positivista, que promulga que el saber se basa en la experiencia y en la ciencia y que el método a aplicar para toda investigación debe ser el método experimental. El Realismo tiene como característica principal su descripción de la vida tal como es y su reflejo de forma objetiva. El Naturalismo es un movimiento francés que lleva al Realismo al extremo.

El Realismo representa sobre todo personajes de la burguesía, normalmente en forma de novela, busca representar lo que ve con exactitud y objetividad a través de descripciones muy detalladas debidas a una observación minuciosa de la realidad.

Podemos destacar las siguientes obras realistas: Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós, La Regenta de Leopoldo Alas “Clarín, Episodios nacionales de Benito Pérez Galdós y Los pazos de Ulloa de Emilia Pardo Bazán.

Sinceramente pienso que del Realismo no podemos introducir nada en el aula. Creo que nuestros alumnos no pueden comprender la profundidad de estas obras porque no es propio de su momento evolutivo. Son obras que es preferible que las lean cuando sean mayores y puedan entender y disfrutar realmente con su lectura. Todo el simbolismo y las grandes descripciones que aparecen en estos libros pueden resultar elementos muy aburridos para niños de seis a doce años.

A principios del siglo XX llega el Vanguardismo, es el periodo de los “-ismos” pues, dentro de las Vanguardias, encontramos numerosos movimientos cuyos nombres acaban en “-ismo” (Futurismo, Cubismo, Dadaísmo…). Dentro del periodo de Vanguardias destaca el Modernismo, que fue sobre todo un movimiento poético que se caracteriza por la repulsa hacia todo lo cotidiano y por la búsqueda de la belleza y la perfección. Podemos hablar de inconformismo y de esfuerzo de renovación.

Lo más importante para los autores modernistas es la belleza, justo lo contrario que en el Realismo, e intentan explotar todas las posibilidades que ofrece el lenguaje para conseguirlo. 

Podemos observar también un gran individualismo, dando mucha importancia al mundo interior, al yo del autor.

Un autor representativo del Modernismo es Rubén Darío y destacan en su obra: Azul y Prosas profanas y Cantos de vida y de esperanza.

Otro autor destacado es Juan Ramón Jiménez, su obra más importante es Platero y yo.

Para trabajar con niños de Educación Primaria solo considero adecuada la obra de Juan Ramón Jiménez Platero y yo. Por otra parte, creo que se debería hacer alusión a todos los autores pues son todos muy importantes y, relativamente, recientes. Son autores que, a mi modo de ver, los niños deben conocer. Al menos les debe sonar el nombre.

dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1083685


http://www.liceoamaldi.com/PEI/esperpento.htm

La Generación del 98 es simultánea al Vanguardismo, no obstante, está muy influenciada por la pérdida de las colonias, en cambio, como hemos visto anteriormente, el Vanguardismo es un movimiento de evasión. Los autores de la Generación del 98 se preocupan por encontrar la verdadera esencia o alma de España, se sienten angustiados por el atraso, achacando los problemas del país a la pasividad e ignorancia del pueblo. Recurren mucho al tema de la historia porque es donde podemos encontrar las causas de la situación heredada. Pero no se refieren a la historia de forma grandilocuente sino desde el punto de vista del hombre común y de los acontecimientos cotidianos, lo que Unamuno denominó intrahistoria. Castilla y sus paisajes serán motivo de muchas obras. El autor, al contrario que en el Realismo, olvida los detalles para dar una impresión fugaz (Impresionismo).

Pío Baroja es un autor importante de esta época, escribe obras como: El árbol de la ciencia, Camino de perfección y La busca.

Antonio Machado también puede ser incluido en la Generación del 98, es la etapa o grupo donde más se le suele encasillar y, verdaderamente, posee obras en las que podemos encontrar características propias de la literatura de los autores del 98. Un ejemplo de estas obras es Campos de Castilla.

Pienso que, de la Generación del 98, como mucho podemos nombrar a Antonio Machado en un aula de Educación Primaria, y hablarles brevemente de él. A mi modo de ver, de la literatura noventayochista no podemos incluir nada en Primaria pues, todos los temas son demasiado elevados para niños de esa edad, son preocupaciones existenciales, filosóficas, políticas y sociales que quedan fuera del alcance de niños que tienen de seis a doce años.

La Generación del 27 es un grupo de jóvenes escritores que surge tras la celebración del tercer centenario de la muerte de Góngora. Suponen una síntesis entre tradición y Vanguardia, y muestran una gran inquietud por renovar el lenguaje poético. 

Para Federico García Lorca “todo artista debe escuchar tres fuertes voces: la de la muerte, con todos sus presagios; la del amor y la del arte”. A pesar de ser una persona de carácter alegre, su poesía expresa tristeza, soledad y frustración. La imposibilidad de realización, el destino trágico, la angustia ante los enigmas del mundo y de la vida marcan toda su obra. Sus obras más importantes son: Romancero gitano, en la que el autor realiza una mitificación del mundo gitano y de los gitanos, marcados por la frustración o abocados a la muerte como él; Poema del cante jondo, expresa su dolor de vivir mediante el flamenco; La casa de Bernarda Alba y Poeta en Nueva York en el que nuestro autor refleja el fracaso amoroso y su preocupación por la sociedad mediante la expresión surrealista.

En la obra de Luis Cernuda destacamos: Égloga, Elegía y Oda; Los placeres prohibidos; Donde habite el olvido y La realidad y el deseo.

Rafael Alberti escribe en el exilio una poesía en la que observamos añoranza de España. Destacamos: Marinero en tierra; Sobre los ángeles y Retornos de lo vivo lejano.

Pienso que, en Educación Primaria, podríamos nombrar a los autores más destacados para que les vayan “sonando” como Lorca, Alberti y Cernuda y, quizá, en tercer ciclo podríamos leer algunos versos de alguno de estos autores y preguntar a nuestros alumnos si les ha gustado y qué creen que quiere decir el autor. A la segunda pregunta no le daríamos solución porque, nadie, está en posesión de la verdad acerca de la intención que el autor tenía, en qué estaba pensando o qué quería decir cuando escribió esos versos, por tanto, cada uno daremos nuestra opinión sin más. Sería conveniente dar a los niños algunas pinceladas acerca de la Guerra Civil y el exilio para que, entiendan y puedan contextualizar a estos escritores, sus obras y, aunque sea levemente, por qué escribían así.

Para el desarrollo del periodo de posguerra dividiré la literatura en cada uno de sus géneros y presentaré las tres etapas hasta la llegada de los años setenta, y la democracia, haciendo alusión primeramente al teatro, luego a la poesía y, finalmente, a la novela.

La repercusión de la Guerra Civil sobre la poesía y la narrativa fue grande pero, lo fue mucho mayor en el teatro. A la muerte y exilio de autores y actores hay que añadir la censura.

Las salas de teatro de los años cuarenta se llenaron de espectáculo de evasión. También se representaron obras de contenido histórico-político que reforzaban la ideología y el entusiasmo de los vencedores de la guerra, exaltando el patriotismo, la Iglesia y la familia. Encontramos, en estos años, dos tendencias destacadas: la comedia benaventina y el teatro cómico.

En el caso de la comedia benaventina, se produce una defensa de los valores conservadores a veces con leves críticas tolerables.

El teatro cómico es quizá lo más valioso del momento. Miguel Mihura y Enrique Jardiel Poncela intentaron crear un humor de raíz surrealista, ilógico y corrosivo mas, pronto, tuvieron que plegarse a los gustos menos audaces del público.

Miguel Mihura opta por un humor intelectual, recibe el influjo de Ramón Gómez de la Serna, podemos destacar las siguientes obras: Tres sombreros de copa, Ni rico ni pobre sino todo lo contrario y Maribel y la extraña familia.

La idea de humor de Enrique Jardiel Poncela es “reírse frente a la realidad y sus adversidades” pero sin llegar a lo absurdo. Merecen ser destacadas: Cuatro corazones con freno y marcha atrás y Eloísa está debajo de un almendro.

En 1949 se produce un estreno fundamental: Historia de una escalera, de Antonio Buero Vallejo. La obra planteaba problemas existenciales de actualidad, encarnados en unos personajes angustiados con los que el público se podía identificar. El éxito de esta obra animó a la creación de un teatro más crítico y cercano a las preocupaciones del momento, que es el teatro característico de los años cincuenta, un teatro de “protesta”.

En los años sesenta se produce una renovación del lenguaje y de las técnicas dramáticas. Los autores se enfrentan a la incomprensión del público y la crítica. Destacan Fernando Arrabal y Francisco Nieva.

Con respecto al teatro, podríamos llevar al aula alguna obra de Jardiel Poncela, como Cuatro corazones con freno y marcha atrás, que tuve el placer de representar en 4º de la ESO (represente a Emiliano), y es una obra con mucho humor que pienso que, adaptándola y leyendo algún fragmento puede gustar a nuestros alumnos. En cuanto al resto de obras creo que, difícilmente podríamos llevarlas al aula, no obstante, conozco bastante menos de ellas. Exceptuando Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo, que la considero muy elevada y con un trasfondo que, difícilmente, entenderían alumnos de Educación Primaria, sin embargo, quizá se podría citar y hablar un poco de ella, dado su importancia.

En cuanto a la poesía de posguerra, comenzaremos con los años cuarenta, etapa en la que nos encontramos con un gran vacío causado por el exilio de los grandes poetas. La censura supone un obstáculo para la creación. Se suele agrupar a los poetas de esta época, coetáneos de Miguel Hernández, con el nombre de “Generación del 36”. Muchos de ellos continuaron escribiendo en el exilio.

De Miguel Hernández podemos señalar que fue autodidacta, sus obras más importantes son: Perito en lunas, El rayo que no cesa, Elegía a Ramón Sijé y El hombre acecha.

La poesía social de los años cincuenta supone la consolidación de lo que ha sido denominado como “realismo social”, la poesía debe “tomar partido” ante los problemas del mundo que la rodea. Surgen temas como: la injusticia social, alienación, los anhelos de libertad… Destacan dos autores con obras, que marcan un hito en esta época, ellos son: Blas de Otero y Gabriel Celaya. En la obra de Blas de Otero destaca: Ángel fieramente humano. Gabriel Celaya defiende la idea de una poesía no elitista, su obra más destacada es Cantos Íberos.

En los años sesenta nos encontramos con la poesía que ha sido denominada “Poesía de la experiencia”. La poesía se concibe como medio de conocimiento de la realidad, creando una poesía a través de la experiencia personal, se produce un retorno a lo íntimo.
Considero que de la poesía de posguerra no puede llevarse nada al aula de Educación Primaria.

En cuanto a la novela, en los años cuarenta, es reflejo amargo de la vida cotidiana, enfocándolo desde lo existencial. Los grandes temas tratados son la soledad, la frustración, la muerte y la inadaptación. Los personajes suelen ser marginales, desarraigados y angustiados. La censura hace imposible cualquier tipo de denuncia de la situación real.

Destaca La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela y Nada de Carmen Laforet.

El realismo social llega con la década de los cincuenta. Destacan obras como: La colmena, de Camilo José Cela y Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos. Posteriormente, y siguiendo esta línea, tenemos El camino, de Miguel Delibes.

La llegada de los años sesenta supone el descubrimiento de jóvenes autores hispanoamericanos como Julio Cortázar, Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa.

De la novela de posguerra podríamos leer algún fragmento de El camino de Miguel Delibes, simplemente para comentar cómo describe el ambiente rural de la época, sin adentrarnos más en la obra pues, pienso que no es adecuada para niños de Educación Primaria.

En los años setenta el teatro recupera técnicas de vanguardia y lenguaje escénico debido al contacto de los autores con el teatro europeo. Podemos caracterizar dos grandes tendencias: el teatro de autor y el teatro colectivo.


Me centraré únicamente en el teatro colectivo por considerarlo más importante e interesante para niños de Educación Primaria, podemos observar la inclusión en el género de una serie de grupos de teatro colectivos que tienen la política de controlar todo el proceso teatral, desde la creación hasta la representación. En estos grupos percibimos la actitud crítica, con forma de parodia, con lo que conseguimos suavizar esa crítica y nos aseguramos mayor afluencia de público. El texto procede de la colectividad del grupo y se reduce al mínimo. El resto lo debe poner la improvisación de los autores-actores. De esta forma, este teatro marca un claro predominio de lo escénico sobre el texto, sin renunciar a rasgos vanguardistas como la amplitud del espacio escénico. Esa ampliación del espacio escénico conlleva la incorporación de elementos de otros géneros como el circo, la danza o el cabaret. Destacan como grupos teatrales, o compañías teatrales: Els Joglars, Tricicle, La cuadra.

Creo que, para trabajar en Educación Primaria, se podría programar una salida que consistiese en ver una representación teatral de cualquiera de estos grupos. Para ello deberíamos seleccionar una obra apropiada para niños de esa edad, que seguro que las hay, y pueden resultar muy divertidas para nuestros alumnos.

En cuanto a la poesía, destacamos la publicación en 1970 de la antología Nueve novísimos poetas españoles por José María Castellet. Se engloban en esta clasificación a los siguientes autores, nacidos entre 1939 y 1948: Manuel Vázquez Montalbán, Martínez Sarrión, José María Álvarez, Félix de Azúa, Pere Gimferrer, Vicente Molina-Foix, Guillermo Carnero, Ana María Moix y Leopoldo María Panero.      

En los años setenta, la novela comienza a ser el género más importante y se va a dividir en varios subgéneros: novelas de intriga, novelas generacionales, novelas históricas, novelas prolongadoras del realismo y novelas estilísticas.

En las novelas de intriga destaca Eduardo Mendoza, sus obras más destacadas son: La verdad sobre el caso Savolta y La ciudad de los prodigios. Otro autor importante es Manuel Vázquez Montalbán, entre su obra señalamos: El premio, Antonio Muñoz Molina y El jinete polaco. Arturo Pérez Reverte con La tabla de Flandes y La piel del tambor.

En las novelas generacionales se muestran los problemas de un personaje con el que puede identificarse una buena parte de los lectores.

La publicación de novelas como El nombre de la rosa, de Umberto Eco y Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar indica el auge de la novela histórica. A Juan Manuel de Prada, con su obra Las máscaras del héroe, se le considera como el autor revelación en este género. Su confirmación llegó de la mano de La tempestad, obra que fue Premio Planeta en 1997.

Las novelas prolongadoras del realismo muestran ciertos aspectos históricos del presente o del pasado inmediato. Dada la imprecisión del concepto realismo, una novela histórica, generacional, de intriga…puede ser, de alguna u otra forma también, realista.

Por último tenemos las novelas estilísticas que se basan en el esmero lingüístico, con tendencia al barroquismo. Destaca Francisco Umbral con Las señoritas de Avignon. Pero, su obra más importante es Mortal y rosa, que es una emotiva reflexión sobre la muerte de su hijo.

De esta etapa de la novela creo que no se puede trabajar nada en Educación Primaria.    

Una vez que tenemos una base en historia de la literatura, parece obvio pensar que, gran parte de las obras que hemos visto no pueden “darse a leer” a niños de Educación Primaria. Parece que será necesario seleccionar o adaptar estas obras. Estas acciones no se realizan únicamente para niños de Educación Primaria sino que, como veremos más adelante, también son necesarias adaptaciones de determinadas obras para adultos.

Considero que es necesario ir haciendo diferenciaciones pues, seleccionar y adaptar no es lo mismo. Seleccionar es coger una parte de una obra, dejando de lado el resto, y utilizar únicamente esa parte seleccionada en el aula. En cambio, adaptar es adecuar un texto a unos criterios, unos receptores, unos requisitos y unos objetivos. Estas adecuaciones implican siempre una modificación de la obra. Las traducciones de un idioma a otro; cambiar de género dentro de la literatura; actualización lingüística, por ejemplo, cuando estamos ante una obra escrita en castellano antiguo, la adecuación del vocabulario al castellano actual es una adaptación. Sin embargo, en numerosas ocasiones incluimos o admitimos como adaptación los resúmenes y, estos, no son adaptaciones.

Encontramos diferentes tipos de adaptaciones: adaptación de la forma; adaptación de los contenidos o adaptación de ambas cosas. Un ejemplo de una adaptación de la forma es la traducción de una poesía de un idioma a otro. Siempre va a ser necesario cambiar el género, es decir, pasar de verso a prosa ya que, al traducir, la palabra que significa lo mismo en español que en inglés puede no rimar, por tanto, si somos fieles al contenido debemos variar la forma del texto.

En el caso de la adaptación de los contenidos podemos poner como ejemplo Don Juan Tenorio, si nosotros realizamos una adaptación de esta obra no es necesario especificar a los niños hasta qué punto llegaba el enamoramiento de Don Juan, hasta dónde llegaba con las mujeres, suavizaríamos algunos aspectos de la obra.
No obstante, hay otras obras en las que nuestra adaptación sería tanto en cuanto a la forma como al contenido.



¿Cómo hacer que conozcan obras de la relevancia del Quijote?
            
En clase se nos plantearon tres opciones para conseguir que los niños conozcan obras clásicas de la literatura, la primera opción es a través de una animación a la lectura, dando a conocer el libro; la segunda opción es dar a conocer las obras mediante la selección de fragmentos; la tercera opción consiste en buscar una adaptación.

A mi modo de ver, las tres opciones son igualmente válidas y adecuadas para trabajar en Educación Primaria, depende la elección únicamente del ciclo ante el que nos encontremos.

En primer ciclo utilizaría la animación a la lectura, la primera opción, dando a conocer el libro, hablándoles de él, mostrándole ilustraciones y leyéndoles algún fragmento breve. De esta forma despertaríamos en ellos el interés por la lectura y conseguiríamos que, al menos les sonase, el nombre de esa obra clásica que pretendemos que conozcan. Sería conveniente utilizar actividades y estrategias no del todo literarias pero sí muy útiles para el fin que perseguimos, que al menos les suene el nombre y sepan algo sobre la obra.



En segundo ciclo utilizaría la segunda opción, presentaría a los alumnos una selección de fragmentos de la obra, que leeríamos todos juntos en clase. También podríamos utilizar estos fragmentos para hacer pequeñas representaciones en el aula.

En tercer ciclo llevaría a cabo la tercera opción, es decir, buscaría una adaptación que considerase adecuada para mis alumnos y la leeríamos. Podríamos, al igual que en segundo ciclo, hacer una representación de toda la obra o de un fragmento de ella. También se podría llevar a cabo un mural y colocarlo en los pasillos a modo de resumen visual de lo que hemos leído previamente.

Considero complicado generalizar y tomar partido por las adaptaciones o por las selecciones. Es difícil porque considero que depende en gran medida de la obra, de la edad y momento evolutivo de los alumnos… No obstante, viéndome obligado a decantarme por una de las opciones, creo que puedo considerarme más partidario de las adaptaciones. La gran mayoría de los libros, especialmente los escritos en castellano antiguo, o los que debido a su temática es conveniente que sean “suavizados”, necesitan alguna adaptación para que puedan ser llevados al aula de Educación Primaria.

Además, son muchos los libros escritos en otros idiomas que deben ser traducidos para poder ser leídos por más gente. Por tanto, las adaptaciones son necesarias y, en el caso de Educación Primaria, de cara a fomentar el interés por la lectura y si queremos que conozcan, aunque sea mínimamente, alguna obra clásica debemos presentarles adaptaciones y no selecciones de los libros.

Una selección de un libro escrito en castellano antiguo, con expresiones propias de la época, no será entendida, producirá aburrimiento y terminaremos por provocar odio hacia la lectura. Por tanto, mi opinión es que, en Educación Primaria, debemos utilizar adaptaciones. Esta elección no está reñida con que seleccionemos parte del texto, parece lógico que un niño de seis a doce años no se va a leer El Quijote o La Celestina completos, deberemos seleccionar un fragmento para leer en el aula que esté adaptado a la edad y momento evolutivo de nuestros alumnos.

Mi mayor preocupación con las adaptaciones es su calidad, no podemos admitir adaptaciones que distorsionen el mensaje de la obra, que trastoquen de tal manera la forma o el contenido que terminemos por tener entre nuestras manos un libro que nada tiene que ver con el original. Por tanto, en ningún caso debemos admitir como adaptación de El Quijote para niños, lo que en realidad es un resumen de diez páginas; o una traducción de un poema de Shakespeare en la que la versión en castellano nada tiene que ver con lo que el autor escribió en inglés. Es por esto que me preocupa mucho hasta qué punto se puede llegar a adulterar una obra a través de una adaptación.

Es curioso comprobar cómo, por ejemplo, de la obra de un autor tan relevante para la literatura universal como es Shakespeare se han llevado a cabo numerosas adaptaciones tanto literarias, como audiovisuales. Entre ellas se encuentra una producción, precisamente cinematográfica tibetana sobre Hamlet "El Príncipe Himalaya” (2006), “El mercader de Venecia maorí” (2002) o “Johnny Hamlet” (1968), que es una versión “western” de la obra de Shakespeare.

A través del proyecto “Shakespeare en la cultura contemporánea: adaptación, apropiación y mediación”, tenemos a una serie de investigadores completando un corpus de versiones y manifestaciones culturales, tanto audiovisuales como literarias, de todo tipo sobre Shakespeare a partir de la década de los ochenta. Manifiestan que manejan ya más de mil títulos como novelas en las que Shakespeare aparece como personaje, adaptaciones o reescritura de sus obras en la novelística contemporánea, películas, adaptaciones televisivas, obras de teatro… los valores de la obra de Shakespeare son fundamentales en la cultura contemporánea y además se pueden aplicar en cualquier ámbito o tradición cultural. Esto explica que haya obras en la literatura universal que sean adaptadas una y otra vez a distintos géneros, idiomas… por tanto, las obras más adaptadas son las de mayor difusión y poseen una mayor importancia en la literatura universal. De hecho, según José Ramón Díaz Fernández, profesor de la Universidad de Málaga (UMA), a los anglosajones les cuesta terminar de asimilar que Shakespeare ya no es solo patrimonio británico.


Me ha parecido interesante conocer que, en el Convenio de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas, en el artículo 12 aparece el Derecho de adaptación, arreglo y otra transformación, según el cual, “los autores de obras literarias o artísticas gozarán del derecho exclusivo de autorizar las adaptaciones, arreglos y otras transformaciones de sus obras” mas, ¿cuántas obras se han adaptado y se siguen adaptando sin permiso del autor? Este Convenio fue redactado el 9 de septiembre de 1886 y enmendado el 28 de septiembre de 1979. En este intervalo de tiempos ha sufrido numerosas ampliaciones y revisiones, pero, para nuestro tema, es importante conocer que debe ser el autor quién permita realizar una adaptación de su obra, por tanto, toda transformación realizada a una obra debería estar, de algún modo, supervisada por la persona que la creó.





















3 comentarios:

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  2. Irune cuando subo una entrada la letra se cambia sola, hay trozos que se subrayan porque sí, se pone el fondo blanco... :S

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  3. Bueno, mucho mejor. Se me sigue haciendo un pelín largo el desarrollo de la historia de la literatura y tampoco estoy completamente de acuerdo con eso de encajar la animación en primer ciclo, la selección en segundo y la adaptación en tercero... precisamente los de más edad tienen más posibilidades de entender fragmentos bien seleccionados y con adaptaciones mínimas de "traducción" si se trata de textos muy antiguos. En realidad la polémica está, precisamente, en si cuando leemos una adaptación estamos leyendo la obra en sí o un texto diferente.

    Pero lo has argumentado bien y has buscado información, así que te voy a poner "perfecto".

    Si no quieres que te pase eso del color blanco, corta y pega el texto primero en una página del "bloc de notas". Así se borran todos los códigos de word. Luego vuelves a cortar y a pegar en el blog y lo "remaquetas". Pero ten en cuenta que también se borran los enlaces de los links a páginas webs... así que inclúyelos después o enlázalos desde blogger.

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